Arlene Carballo aborda condición económica de Puerto Rico en fábula para jóvenes

La escritora puertorriqueña Arlene Carballo ganó recientemente el Premio Nacional de Literatura Juvenil de PEN de Puerto Rico Internacional por su novela Indóciles (SM, 2018).

Narrándonos conversó con ella para conocer detalles sobre este proyecto, cuya historia se desarrolla en La Guancha, en Ponce, y que le ha dado la oportunidad de impactar a más de 300 estudiantes.

¿Cómo describirías tu libro Indóciles?

Esta novela juvenil está protagonizada por una colonia de pelícanos. Cuando a su esquina del mar llega un hombre regalándoles el alimento, los pelícanos enfrentan una gran tentación: ¿comer sin cazar? O sea, ¿vivir sin trabajar? La colonia se divide entre los que deciden quedarse en el muelle recibiendo las dádivas alimenticias y los que continúan pescando para vivir.

Arlene nos explica que la propuesta literaria es una fábula sobre la condición económica de Puerto Rico en la que aborda la importancia del trabajo, la dependencia, la autoestima, la dignidad y el liderazgo.

¿Qué te motivó a hacer este libro?

Veo a mi país en una situación económica precaria y sufriendo un deterioro social profundo producto del estancamiento y la inequidad. Siento que parte de esto es consecuencia directa de la indefensión en que se encuentra Puerto Rico. No podemos y, en muchos casos, no nos atrevemos a tomar decisiones importantes para el futuro. No tenemos un modelo económico y eso afectará muchas generaciones por venir.

La autora señala que una razón muy importante por la que trabaja estos temas es porque creció en un hogar donde se valoraba la nobleza del trabajo y la importancia de aportar a la sociedad.

Mis papás pudieron salir de una condición económica muy limitada porque estudiaron, trabajaron y se superaron. Pasaron de no poder siquiera pagarse los estudios universitarios a obtener grados doctorales.

No obstante, desde hace varias décadas, vivimos una idealización del ocio. La aspiración máxima es hacer nada, pasar los días sin propósito o meta alguna. Estar recostados y que nos sirvan. Veo esa filosofía como algo muy peligroso.           

¿Cómo fue el proceso creativo?

La idea nació de las visitas que realizo a las escuelas con mis dos libros infantiles: El pelo MARAVILLOSO de la Surrupita y La Surrupita – Cuando una amiga se va.

Conversando con las bibliotecarias me comentaron que la literatura en español que había para los adolescentes de escuela intermedia no los entusiasmaba. Muchas se quejaron de que a esas edades era cuando comenzaban a perderlos como lectores.

Decidí escribir una novela juvenil que fuera diferente, un reto para ellos porque me di cuenta de que hacía falta. Esa fue la motivación.

Con relación a la trama, Indóciles surgió de una visita que hizo con su familia a La Guancha donde vio muchos pelícanos comiendo de la mano de los turistas. Algunos volaban y pescaban, pero la mayoría estaba pendiente de que les regalaran los pescados.

Más adelante, fuimos a cenar a un restaurante de Joyuda. El lugar quedaba sobre el agua. Merodeando la baranda del lugar estaban unos peces enormes, eran sábalos. Estos tienen la boca como si fuera una caja registradora, abre hacia el frente. Esperaban a que les lanzáramos comida por la borda. Parecía como si se hubiesen adaptado físicamente a que la comida les cayera de arriba. Nuevamente, veía animales alimentándose de una manera anormal para ellos, recibiendo en vez de estar procurando su sustento.

De esa visita nacieron algunos aspectos evolutivos de la historia. Otros elementos salen de nuestra historia puertorriqueña.

¿Cuál ha sido el mayor reto de escribir para jóvenes?

Hay que crear imágenes que sean apropiadas para su edad, seleccionar con cuidado el vocabulario de los personajes y la narradora, y sopesar las escenas que se crean para limitar la crudeza.

Cuéntanos acerca de la experiencia de hablar sobre este libro en las escuelas.

Ha sido una experiencia bien positiva. La primera escuela que visité con la presentación de Indóciles fue la Academia Perpetuo Socorro. Le agradezco mucho la oportunidad a la bibliotecaria Wanda Toro. Tengo experiencia trabajando con estudiantes, pero siempre provoca ansiedad cuán efectiva puede ser la visita porque mi meta es entusiasmarlos con la historia para que quieran leer el libro.

Lo que hago es una actividad interactiva con el primer capítulo del libro y con eso ya ellos pueden captar el conflicto de la historia. Me sorprendió lo deseosos que estaban de hablar sobre los temas del libro. Los jóvenes expresaron sus inquietudes sobre las circunstancias que se viven en el país y lo que pueden hacer para mejorar su futuro.

¿Tienes alguna anécdota que puedas compartirnos?

La actividad escolar es muy divertida porque ellos van buscando entre sus compañeros los que más se parecen a los personajes de la historia. Lo hago así para que se identifiquen con la trama. Ese ejercicio lleva a que todos los estudiantes participen en la discusión.

He visitado ya varias escuelas y se forman unos debates animadísimos sobre quién es el estudiante más travieso (como el pelícano Presto) o la más parlanchina del grupo (como la pelícano Canita).

En una de las visitas, los estudiantes estaban tan entusiasmados que ni me escuchaban. Vino a mi ayuda una maestra que sacó un pito para llamar la atención. Con ese instrumento pedagógico tan esencial pudimos completar la actividad. 

Si entramos al tema de los reconocimientos, ¿qué representa para ti que Indóciles haya recibido el Premio Nacional de Literatura Juvenil de PEN de Puerto Rico Internacional? ¿Lo esperabas?

Ya yo he participado en varios certámenes con mis libros y nunca se sabe qué pasará. Depende mucho de los textos sometidos para evaluación y del jurado.

Por ejemplo, mi primer cuento infantil El pelo MARAVILLOSO de la Surrupita ganó un primer lugar en los premios International Latino Book Awards (ILBA) y como no me lo esperaba ni fui a la entrega de premios.

Por otra parte, mi antología de cuentos mujeres que se portan MAL ganó un 2do lugar también en los ILBA y me sentí decepcionada porque creía mucho en ese proyecto. ¡Yo me creía que los primeros lugares eran así de fáciles!

Ya he aprendido que es bien difícil predecir qué sucederá. Ahora simplemente agradezco que lean mis libros y poder competir en los certámenes. Si tengo la suerte de que alguno de mis trabajos es reconocido ¡pues muchísimo mejor y a celebrar!

Es por esto que el Premio Nacional de Literatura Juvenil es algo que deseaba pero no me permito el lujo de esperarlo. Este premio es muy importante porque me sirve de carta de presentación como escritora. Es una validación de mi escritura y refuerza el mensaje de que Indóciles es un libro valioso que amerita evaluarse como texto escolar.

¿Qué opinión tienes sobre los premios literarios?

Hay premios que nos abren puertas y hay premios que pasan desapercibidos. Depende mucho de las circunstancias del momento, del mercadeo, del clima en que se encuentra el país.

Yo los considero importantes porque te das a conocer y pueden ser una puerta a otras oportunidades.

Por otra parte, los certámenes nos obligan a cumplir con fechas y en nuestros oficio eso es bueno. Hay veces que no se quiere soltar un texto, pero si cualificas para participar en un certamen importante te puede servir de estímulo para echar el libro a volar.

¿Cuál es tu próximo proyecto literario?

Tengo básicamente terminada una novela titulada Violenta belleza. Es una historia divertida. Por primera vez trabajo la intriga y el misterio. También tiene mucho comentario social y humor que son cualidades que caracterizan mi escritura. Este proyecto lleva años en desarrollo y creo que podré completarlo en 2020.

Indóciles está disponible en las librerías escolares, en Casa Norberto y en la tienda virtual de SM.

*Nota aclaratoria: Las expresiones de entrevistados y colaboradores no representan necesariamente el sentir de Narrándonos.com ni de su mantenedor.